
Alabado sea Al-lah, quien hizo de las festividades una ocasión de alegría y gratitud por las bendiciones y que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con el Mensajero de Al-lah, quien nos guió para mostrar alegría durante los días del Eid.
La alegría del Eid: una bendición divina y una sunna profética
El Eid es una alegría por la bendición de la guía, la finalización del mes de ayuno y la culminación de la peregrinación a la Casa Sagrada de Al-lah. Al-lah, Altísimo sea, dice: “para que completen los días de ayuno, alaben y agradezcan a Al-lah por haberlos guiado.” [Traducción comentada del Corán 02:185]. Es una ocasión para que los musulmanes se reúnan, se unan y reaviven los valores de la alegría y la felicidad, como dijo el Profeta, que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con él: “Al-lah los ha reemplazado por dos días mejores que ellos: el Día del Sacrificio y el Día de la Ruptura del Ayuno». Aprobó las manifestaciones permitidas de alegría, como el cantar permitido y tocar panderetas, como en el hadiz narrado por Aisha: “Déjalos, Abu Bakr, pues cada pueblo tiene una festividad, y esta es la nuestra.” [Narrado por Al-Bujari]
Escenas de alegría en la biografía del Profeta:
1- Tocar y cantar dentro de lo permitido: El Profeta (que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con él) permitió a los niños bailar y cantar canciones permitidas con hermosos poemas en el día del Eid, diciendo: “Para que los judíos sepan que en nuestra religión hay flexibilidad”. [Narrado por Ahmad].
2- Alegría y sonrisa: El Profeta (que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con él) siempre estaba alegre, mostrando alegría y fomentando el optimismo, buscando refugio de la preocupación y la tristeza.
Algunos pueden intentar apagar la alegría del Eid centrándose en las desgracias de la nación musulmana y prohibiendo la alegría, ignorando la guía del Profeta (que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con él), quien combinó seriedad en la religión con tolerancia en la alegría. Si solo la tristeza pudiera reformar a las naciones, los profetas (que la Paz sea con ellos) habrían sido los más merecedores de ella. Sin embargo, como dijo Ibn al-Qayyim: “Ellos fueron quienes más se regocijaban con las bendiciones de Al-lah.”
La esperanza: El arma de un musulmán en tiempos de desesperación:
La desesperación es una plaga que obstaculiza la productividad, mata el espíritu y destruye a las naciones. Hoy, la nación musulmana necesita urgentemente esperanza, que conduce a la acción, no al pesimismo, que enferma y mata el corazón.
Así como los musulmanes triunfaron en la Batalla de la Trinchera y liberaron la Meca después de pruebas y tribulaciones, y fueron optimistas sobre la victoria de Dios, la victoria llegará por mandato divino. Pero requiere paciencia, acción y optimismo, no llanto estancado, pesimismo y tristeza.
Finalmente, la alegría durante el Eid no es un lujo ni una vanidad, sino un acto de adoración y gratitud por las bendiciones de Al-lah, siguiendo el ejemplo del Profeta (que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con él).
Conservemos la alegría y la felicidad de estos días, y equilibremos nuestra atención a las preocupaciones de la nación musulmana con la revitalización de las tradiciones de la alegría, como lo hizo el Profeta (que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con él), combinando la yihad por la causa de Al-lah con una sonrisa en los rostros de los creyentes.