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Blog entry by Sam Sam


El matrimonio en el Islam es considerado como tranquilidad para el alma y sosiego para la mente. El Islam exhorta mediante el matrimonio a que el hombre y la mujer puedan vivir juntos en una atmósfera de amor, misericordia, armonía, cooperación, consejo mutuo y tolerancia, estableciendo las bases para la construcción de una familia musulmana dentro de un ámbito legítimo.
El Sagrado Corán ha descrito, de la forma más elocuente, esta eterna relación natural entre el hombre y la mujer, la cual está repleta de tranquilidad, seguridad, amor, comprensión y compasión:
“Entre Sus signos está haber creado cónyuges de entre ustedes para que encuentren sosiego, y dispuso entre ustedes amor y misericordia. En ello hay signos para quienes reflexionan”. [Traducción comentada del Corán, Isa García 30:21]
El matrimonio es una unión entre dos seres, en el sentido más profundo. Al-lah une estas dos almas para que puedan disfrutar con tranquilidad y estabilidad la vida conyugal llena de amor sincero y misericordia.
En el versículo anterior, mawadda (sosiego) se define mejor como amor abundante. Las parejas necesitan reunir y aumentar sus provisiones de amor, muchas, para mantener en marcha el barco de su matrimonio. El amor abundante abarca muchos significados como afecto, aprecio, atención, compromiso, alegría, respeto, responsabilidad, sacrificio, seguridad, confianza e intimidad. Para que el matrimonio sea feliz, duradero y satisfactorio, las parejas deben participar en el ejercicio continuo de amarse y cuidarse mutuamente. Si no cuidamos nuestra relación matrimonial diariamente, ésta se marchita y muere como una planta sin agua ni luz solar. Amarse unos a otros a diario consiste en sentirse cercanos, conectados, realizados y apreciados individual y mutuamente.
Hay formas ilimitadas de demostrar amor, afecto y cariño hacia su cónyuge. Dile a tu cónyuge con frecuencia cuánto lo amas. Amar a tu cónyuge no se trata sólo de darte cuenta de esto en tu corazón sino también de decírselo. El Profeta, que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con él, dijo: “Si alguno de ustedes quiere a su hermano, que le diga que lo quiere”. Esto se aplica a la familia, a los amigos, a los compañeros musulmanes y, lo más importante, a los cónyuges.
Por otro lado, está claro que sin rahma (misericordia), un matrimonio sería una lucha diaria y un deslizamiento hacia la depresión, el estrés crónico e incluso la enfermedad física. Entonces el solo acto de estar “en casa” se convierte en una lucha, y mucho menos en poder afrontar los muchos otros desafíos fuera del hogar. La falta de misericordia impide el crecimiento de cualquier relación, impidiendo que el cónyuge se sienta lo suficientemente seguro como para revelar sus debilidades y trabajar para superarlas. Con rahma, la tranquilidad y la paz envuelven la casa. Sólo cuando nos sintamos verdaderamente aceptados podremos prosperar hasta alcanzar nuestro máximo potencial. La gente se siente relajada cuando vive en una atmósfera de tolerancia y comprensión. Nos volvemos sinceros y no tenemos nada que ocultar. Ya no es necesario usar mascarilla ni sentirse tenso. Hay muchos elementos de misericordia como aceptación, aprobación, compasión, conexión, consideración, flexibilidad, gentileza, humildad, bondad, autoconciencia, tranquilidad, tolerancia y comprensión. Todos estos elementos deberían guiar nuestra demostración de rahma hacia nuestros cónyuges.
Un matrimonio basado en los sólidos fundamentos de mawadda y rahma seguramente cosechará muchas recompensas y bendiciones de Al-lah. En compañía de tales esposos y de una descendencia sana y piadosa, nuestro matrimonio puede ser verdaderamente la respuesta a la siguiente súplica: “Aquellos que piden: “¡Oh, Señor nuestro! Agrácianos con cónyuges y descendientes que sean un motivo de alegría y tranquilidad para nosotros, y haz que seamos un ejemplo para los que tienen temor [de Dios].” (Traducción comentada del Corán, Isa García 25:74). El matrimonio favorece nuestro crecimiento emocional, psicológico, espiritual e intelectual. Nos ayuda a convertirnos en contribuyentes útiles a la sociedad. Cuando tengamos hogares tan pacíficos y felices, construidos según las enseñanzas del Islam, viviremos en un cielo en la tierra. Podemos tener almas muy tranquilas y tranquilas en medio de la vida llena de desafíos y dificultades sólo cuando creemos en Al-lah. Ésta es la verdadera alegría de vivir el Islam.