Lumaktaw patungo sa pangunahing nilalaman

Blog entry by Sam Sam

Alabado sea Al-lah, Señor de los Mundos, y que la paz y las bendiciones sean con nuestro Profeta Muhammad, su familia y todos sus compañeros. 

Invitar a la gente a creer en Al-lah (la dawa) no es simplemente un mensaje transmitido ni una información repetida. Es, más bien, un proceso complejo e interactivo que requiere que el predicador posea habilidades comunicativas avanzadas, lo que le permite construir puentes de confianza y afecto con los invitados, y llegar a sus mentes y corazones de la manera más fácil y efectiva. ¡Cuántos predicadores poseen un vasto conocimiento, pero carecen de la capacidad de transmitir su mensaje con eficacia, encontrando barreras para la comprensión y la aceptación!

La comunicación efectiva con los invitados es la esencia del éxito en la predicación, ya que implica la capacidad de escuchar atentamente, hablar con claridad y sabiduría, comprender la naturaleza y la realidad del destinatario y presentar el mensaje de una manera apropiada a su situación y necesidades.

Esta habilidad no es simplemente un talento innato; es un arte que se puede aprender y desarrollar. Se deriva de principios sólidos del Libro de Al-lah y de la Sunna de Su Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él. El Noble Profeta fue un maestro en la comunicación y maestro de la humanidad en el arte de la retórica y la persuasión.

El Sagrado Corán enfatiza la importancia de la comunicación efectiva en la predicación, utilizando diversos métodos, en particular, el mandato de hablar con amabilidad y bondad. En la Sura Taha, cuando Al-lah, Enaltecido sea, envió a Moisés y Aarón, que la paz sea con ambos, al tiránico Faraón, les ordenó: “Preséntense ante el Faraón, pues se ha extralimitado, pero háblenle cortésmente, para hacerlo entrar en razón o sienta temor de Dios”. [El Corán, traducción comentada, Isa García 20:43-44]

Este mandato divino a dos grandes mensajeros, al dirigirse al tirano más brutal, de hablar con amabilidad demuestra que el lenguaje amable es la clave para los corazones, incluso si el destinatario es severo o arrogante.

La amabilidad en el habla abre la puerta a la escucha, disuelve las barreras de la enemistad y fomenta la reflexión y la contemplación. El Sagrado Corán también orienta al predicador a usar la sabiduría, la buena predicación y la argumentación de la mejor manera posible, como dice, Enaltecido sea: “Convoca al sendero de tu Señor con sabiduría y bellas palabras. Argumenta de la mejor manera. Tu Señor sabe bien quién se extravía de Su camino y quién sigue la guía”. [El Corán, traducción comentada, Isa García 16:125]

Este versículo combina tres elementos esenciales de la comunicación mediante la predicación: la sabiduría, que implica poner la cosa en su lugar; la buena predicación, que conmueve los corazones e influye en ellos con suavidad; y la argumentación de la mejor manera posible, que se basa en la lógica sólida y argumentos fuertes, combinados con amabilidad al hablar, evitando la arrogancia o los insultos.

La noble Sunna profética está repleta de ejemplos y guías que resaltan las efectivas habilidades de comunicación del Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él. Utilizaba un lenguaje claro y comprensible y evitaba la complejidad o la ambigüedad en su discurso, asegurando que su mensaje llegara a todos los niveles intelectuales. Aisha, que Allah esté complacido con ella, dijo: «El lenguaje del Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, era claro y comprensible para todos los oyentes». Esto demuestra la claridad de sus comunicados y la precisión de sus palabras, facilitando, así, la comprensión de la persona invitada.

El Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, también tenía en cuenta los diferentes niveles culturales y sociales de los invitados, dirigiéndose a cada grupo de una manera que se adaptara a su comprensión: «¡En la relación sexual de uno de ustedes hay caridad!». Dijeron: «¡Oh, Mensajero de Al-lah! Si uno de nosotros satisface su deseo, ¿recibirá una recompensa por ello?». Él dijo: «Si lo hiciera fuera del matrimonio, ¿Acaso no cometería un pecado?». Dijeron: «Sí». Él dijo: «Del mismo modo, si lo hiciera de manera lícita, recibiría una recompensa».

No utilizaba un lenguaje que las mentes no pueden comprender, y esto forma parte de la sabiduría de la comunicación, como en la historia del hombre que tuvo un niño negro: "Un hombre vino al Profeta, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él, y dijo: “¡Oh Mensajero de Al-lah! me ha nacido un niño negro”. Él dijo: '¿Tienes camellos?' Dijo: 'Sí'. Él dijo: '¿De qué color?' Dijo: 'Rojos'. Él dijo: '¿Hay alguno entre ellos que tenga color negro?' Dijo: 'Sí'. Él dijo: '¿Cómo es eso?' Dijo: 'Tal vez por un factor genetico'. Dijo: 'Tal vez tu hijo tenga la misma razón". Narrado por al-Bujari.

Una de sus habilidades de comunicación más destacadas fue su uso de historias, parábolas y metáforas para transmitir significados y aclarar ideas.

Esto hace que las conversaciones sean más atractivas e impactantes, como la historia del calvo, el leproso y el ciego en Sahih al-Bujari, que inculca los valores de la honestidad, la gratitud y la generosidad.

Las habilidades de la comunicación efectiva son claramente evidentes en la vida del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él, y él dio un buen ejemplo en todo esto. Esta escucha profunda le permitía comprender verdaderamente a la persona que hablaba y saber qué pasaba por su mente, lo que le permitió elegir las palabras adecuadas.

El Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él, también se caracterizó por la bondad y la gentileza en su trato, incluso con quienes discrepaban de él o lo maltrataban. Cuando un beduino llegó a orinar en la mezquita, los Compañeros no lo reprendieron de inmediato. En cambio, el Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él, les indicó que lo dejaran terminar de orinar. Luego les ordenó que le echaran agua sobre la orina, diciéndoles: "Han sido enviados para facilitar las cosas, no para dificultarlas". (Narrado por al-Bujari)

 

Esta actitud demuestra la sabiduría y la gentileza del Profeta al tratar con los demás. Veía la ignorancia antes del error, solucionaba el problema con el menor daño posible y ofrecía con delicadeza la solución óptima. Además, el Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él, usaba una sonrisa y un rostro alegre que abría corazones y derribaba barreras. Jarir ibn Abdullah al-Bajali, que Dios esté complacido con él, dijo: "El Mensajero de Al-lah, que la paz y las bendiciones sean con él, nunca me veía sin sonreírme". Esto demuestra hasta qué punto una sonrisa puede construir una relación positiva los invitados al Islam.

El Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él, nunca descuidó el aspecto emocional en su dawa. Empatizaba con las personas, comprendía su dolor y sus problemas, y les ofrecía consuelo y apoyo, haciéndolas sentir cálidas y cariñosas, y por lo tanto aceptaban su consejo.

La habilidad de comunicarse eficazmente con los invitados al Islam es la piedra angular de una invitación exitosa a creer en Al-lah, Enaltecido sea. Es esencial para el predicador que aspira a llegar al corazón de las personas e influir en ellas. Poseer estas habilidades y aplicarlas sabiamente convierte al predicador en una luz que ilumina los caminos y una fuente de guía para los corazones, logrando así la noble meta de la dawa.

¿Tenemos el deseo verdadero de desarrollar estas habilidades en nuestro interior para convertirnos en predicadores sinceros de la religión de Al-lah?