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Blog entry by Sam Sam

Todas las alabanzas son para Al-lah, Señor del Universo, y que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con el más noble de los profetas y mensajeros, nuestro Profeta Muhammad, con su familia y compañeros.

La fe en el corazón del creyente no es algo fijo e inmutable. Es como una planta que necesita cuidados y riego para crecer y echar raíces. Aumenta con la obediencia y disminuye con la desobediencia. Por lo tanto, es responsabilidad de todo creyente esforzarse diligentemente por fortalecer su fe y renovar su conexión con Al-lah, para que no se debilite en tiempos de prueba ni retroceda en tiempos de deseos y dudas.

Al-lah y Su Mensajero, la paz y las bendiciones sean con él, nos han guiado hacia grandes medios para fortalecer y establecer la fe en el corazón. Entre los más importantes se encuentran: reflexionar sobre el Sagrado Corán, mantener la oración con devoción, recordar frecuentemente a Al-lah y contemplar en Su creación. Estos cuatro medios forman un sistema integrado que nutre la mente, el corazón y el alma, y ​​mantiene al creyente firme en el camino de la verdad. Esta es una auténtica metodología profética practicada por el Profeta Muhammad (la paz y las bendiciones sean con él) y sus nobles compañeros, quienes así se convirtieron en ejemplos de fe y certeza.

Primero: Reflexionar sobre el Sagrado Corán:

El Corán no es simplemente un libro para recitar; es la palabra de Dios, Su cuerda firme y Su luz clara. Recitarlo es un gran acto de adoración, pero reflexionar en él nutre la mente y el alma. Al-lah, Enaltecido sea, dijo:

“¿Acaso no reflexionan en el Corán y sus significados? Si no procediera de Dios encontrarían en él numerosas contradicciones.” [El Corán, Traducción comentada: 82]

Y dijo: «Este Libro que te revelo [¡oh, Muhámmad!] encierra grandes bendiciones, para que mediten sobre sus signos y reflexionen los dotados de intelecto.». [38:29] El Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) fue el mejor ejemplo en este sentido. Pasó una noche entera recitando un solo verso:

“Si los castigas, lo haces con derecho, pues son Tus siervos12; pero si los perdonas, Tú eres el Poderoso, el Sabio.” [05:118] (Narrado por An-Nasa'i).

La verdadera contemplación revela la grandeza y la sabiduría de Dios, aumentando la certeza y fortaleciendo la fe.

Segundo: Oración con humildad:

La oración es el pilar de la religión y la conexión directa entre el siervo y su Señor. Dios describió a los creyentes diciendo:

“que en sus oraciones son humildes [ante Dios].” [23:2].

La humildad es la presencia del corazón y la reflexión sobre los significados, junto con la tranquilidad en la realización de los rituales. La oración realizada con devoción previene la inmoralidad y las malas acciones, purifica el corazón y otorga al alma paz y tranquilidad. El Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) dijo:

“Oh, Bilal, llama a la oración y danos consuelo a través de ella.” (Narrado por Abu Dawud).

También dijo: “Mi mayor alegría ha sido depositada en la oración.” (Narrado por An-Nasa’i).

En tercer lugar: El recuerdo frecuente de Al-lah:

El recuerdo nutre el alma e ilumina el corazón. Dios lo ordenó, diciendo:

“¡Oh, creyentes! Tengan presente a Dios en todo momento,” (33:41).

Describió a los dotados de conocimiento, diciendo:

“que invocan a Dios de pie, sentados o recostados, que meditan en la creación.” (3:191). Un hombre se acercó al Profeta (que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con él) y le preguntó sobre una obra a la que pudiera aferrarse. El Profeta respondió: “Que tu lengua esté siempre húmeda con el recuerdo de Dios”. (reportado por At-Tirmidhi).

El recuerdo de Dios acompaña al creyente en toda situación y es fuente de tranquilidad para el corazón: {Los corazones de los creyentes se sosiegan con el recuerdo de Dios. ¿Acaso no es con el recuerdo de Dios que se sosiegan los corazones?}. [13: 28]

Cuarto: Reflexionar sobre la creación de Dios:

Contemplar el dominio de Dios aumenta la fe y la certeza. Dios Todopoderoso dice: {Ciertamente, en la creación de los cielos y la tierra y en la alternancia de la noche y el día hay señales para quienes tienen entendimiento}. [Al Imran: 190].

La reflexión no se limita a las montañas y los mares, sino que abarca todo lo que nos rodea: desde la creación de un mosquito hasta la rotación de las estrellas. Cada acto de contemplación aumenta la humildad y la fe del corazón.

Fortalecer la fe es un camino continuo que requiere esfuerzo y perseverancia. Estos cuatro medios —reflexionar sobre el Corán, orar con devoción, recordar frecuentemente a Dios y contemplar en la creación de Dios— son el combustible para el corazón del creyente, manteniéndolo firme en la verdad, conectado con su Señor, en paz en su corazón, feliz en esta vida y esperanzado en la complacencia de su Señor en el Más Allá.