
Alabado sea Al-lah, el Señor del Universo y que la Paz y las Bendiciones de Al-lah sean con nuestro profeta Muhammad, su familia, compañeros y todos que sigan su guía hasta el Día del Juicio.
La crianza de los hijos en el Islam es un aspecto importante de la vida de un musulmán, profundamente arraigado en los principios de la jurisprudencia islámica (Fiqh). Estas pautas abarcan los aspectos morales, espirituales, sociales y físicos del desarrollo de un niño, garantizando que crezca como individuo equilibrado y justo. Este artículo profundiza en los principios básicos derivados del Corán, los hadices y la literatura clásica de Fiqh.
El papel de la intención y la responsabilidad
En el Islam, la intención (niyyah) detrás de cualquier acción es primordial y esto se extiende a la crianza de los hijos. El profeta Muhammad (la paz sea con él) enfatizó que "las acciones se juzgan por las intenciones" (Ṣahih Al bujari). Se anima a los padres a abordar la tarea de criar a sus hijos con la intención de cumplir una responsabilidad divina y cultivar generaciones futuras que contribuyan positivamente a la ummah (comunidad musulmana).
Ibn Taymiyyah en "Majmūʿ al-Fatāwā" analiza cómo la intención de un padre debe estar alineada con la búsqueda del placer de Al-lah criando hijos que defiendan y propaguen los valores islámicos. Explica que la sinceridad de la intención transforma las tareas mundanas de la crianza en actos de adoración y devoción.
El derecho a una educación adecuada
El Islam pone un fuerte énfasis en la búsqueda del conocimiento. El profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: "Buscar conocimiento es obligatorio para todo musulmán". (Sunan Ibn Majah). Los padres son responsables de proporcionar a sus hijos educación tanto religiosa como mundana. Este enfoque dual garantiza que los niños sean completos y puedan abordar aspectos tanto espirituales como prácticos de la vida.
Ibn Taymiyyah explica en "Majmūʿ al-Fatāwā" que la educación debe comenzar con los fundamentos de la fe, enseñando a los niños los pilares del Islam, seguido de conocimientos prácticos que les permitan contribuir eficazmente a la sociedad. Destaca que la educación religiosa debe incluir el Corán, el Hadiz y el Fiqh, mientras que la educación mundana debe abarcar habilidades esenciales para la vida y formación profesional.
Formación moral y ética
La educación moral y ética es una piedra angular de la crianza islámica. El profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: "Los mejores de ustedes son aquellos que tienen los mejores modales y carácter" (Ṣaḥih Al Bujari). Los padres deben inculcar valores como la honestidad, la integridad, la compasión y el respeto hacia los demás desde una edad temprana. Esta base moral ayuda a los niños a convertirse en adultos responsables y éticos.
Al-Ghazali, en su obra magna (Ihya Ulum Addin), destaca la importancia de modelar el buen comportamiento. Explica que los niños aprenden a través de la observación y la imitación; por lo tanto, los padres deben exhibir altos estándares morales. También analiza medidas prácticas para inculcar virtudes en los niños, como contar historias sobre los profetas y los justos e involucrar a los niños en actos de adoración y caridad.
Bienestar físico y emocional
Las directrices islámicas enfatizan la importancia del bienestar físico y emocional de los niños. El profeta Muhammad (la paz sea con él) demostró un gran afecto hacia los niños, a menudo jugando con ellos y mostrando bondad (Ṣahih Al Bujari). Este comportamiento compasivo fomenta una sensación de seguridad y autoestima en los niños. Además, proporcionar nutrición adecuada, atención médica y un entorno seguro son deberes esenciales de los padres.
Ibn Qayyim al-Jawziyyah, en "Tuḥfat al-Mawdūd bi Aḥkām al-Mawlūd", analiza el equilibrio entre nutrir la salud física de un niño a través de una nutrición y atención médica adecuadas, y su salud emocional mediante la creación de un entorno amoroso y de apoyo. Sostiene que la negligencia en cualquiera de los aspectos puede tener efectos perjudiciales en el desarrollo general del niño.
Enseñanza de Salah (Oración) y Adoración
Enseñar a los niños sobre Salah y otras formas de culto es crucial en el Islam. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo: "Instruyan a sus hijos a orar cuando tengan siete años, y golpéalos si no oran cuando tengan diez años". (Sunan Abi Dawud). Esta instrucción destaca la importancia de inculcar prácticas religiosas desde una edad temprana, garantizando que los niños crezcan con una fuerte conexión con su fe.
El Imam Nawawi, en "Riyāḍ al-Ṣāliḥīn", enfatiza comenzar la práctica de Salah de una manera gentil y alentadora. Explica que el castigo físico, como se menciona en el Hadiz, debe ser el último recurso y llevarse a cabo de una manera que no sea dañina, simplemente una forma de severo recordatorio. Aboga por una introducción gradual de los deberes religiosos para convertirlos en una parte natural de la rutina del niño.
El papel de la disciplina
La disciplina es una parte integral de la crianza islámica, pero debe equilibrarse con la misericordia y la compasión. El profeta Muhammad (la paz sea con él) nunca utilizó castigos severos y en cambio abogó por la paciencia y la comprensión (Ṣaḥīḥ Muslim). La disciplina debe tener como objetivo guiar y corregir en lugar de dañar, promoviendo un entorno amoroso y enriquecedor donde los niños aprendan el autocontrol y la responsabilidad.
Al-Māwardī, en "Adab ad-Dunyā wa ad-Dīn", analiza los principios de una disciplina eficaz, destacando la importancia de la coherencia, la equidad y el uso del refuerzo positivo. Aconseja no castigar excesivamente y destaca la importancia de comprender la perspectiva del niño, garantizando que la disciplina sea un medio de enseñanza más que de castigo.
Responsabilidad financiera
Proporcionar dinero a los hijos también es un aspecto importante de la crianza islámica. El Corán instruye a los padres a asegurarse de no dejar a sus hijos en un estado de pobreza y dificultades (Corán 4:9). Esto abarca no sólo satisfacer sus necesidades diarias sino también garantizar su seguridad futura mediante una planificación y una gestión financiera adecuadas.
Al-Kasani, en su manual de Fiqh "Badāʾiʿ al-Ṣanāʾiʿ", explica en detalle los deberes de los padres para garantizar el bienestar financiero de sus hijos. Analiza la importancia de enseñar a los niños la responsabilidad financiera, garantizar que comprendan el valor del dinero y prepararlos para administrar sus finanzas de manera responsable. También destaca la necesidad de reservar herencias y ahorros para su seguridad futura.
Fomentar la interacción social y la responsabilidad
La responsabilidad social y la interacción son componentes importantes de la crianza de un niño en el Islam. El profeta Muhammad (la paz sea con él) alentó a formar vínculos de parentesco y a ser miembros activos de la comunidad (Ṣaḥīḥ al-Bujāri). A los niños se les debe enseñar a ser serviciales, cooperativos y a participar en actos de caridad, reflejando los valores islámicos de hermandad y justicia social.
Al-Tabari, en "Tafsīr al-Ṭabarī", analiza la importancia de la participación comunitaria y la responsabilidad social. Explica que los niños deben integrarse en las actividades comunitarias desde una edad temprana para desarrollar un sentido de pertenencia y deber hacia los demás. También destaca el papel de los padres a la hora de enseñar a los niños la importancia de la caridad y la justicia social, haciéndoles conscientes de sus responsabilidades hacia los menos afortunados.
Conclusión
Las directrices islámicas para la crianza de los hijos proporcionan un marco integral que cubre todos los aspectos del desarrollo de un niño. Desde la intención detrás de la crianza de los hijos hasta garantizar su bienestar físico, emocional y espiritual. Las enseñanzas islámicas ofrecen profunda sabiduría y consejos prácticos. Al adherirse a estos principios, los padres pueden cumplir con su responsabilidad divina y criar hijos que no sólo tengan éxito en este mundo sino también en el Más allá.